No termina de amanecer y el cielo se destruye

En la cronología de lo cotidiano, hasta lo extraordinario es aplacado por el relato descriptivo. Pero el texto y las imágenes comienzan a separarse, extrañando el mundo de la vida. Y en el intersticio que allí se crea, la inspiración se convierte en una promesa cumplida. Pero no se trata de escribir, sino de hacer visible su proceso.

Videoensayo de Tam Painé