I
¿Qué es un pueblo?
Una diferencia inapropiable,
inapropiada.
De nadie, del todo.
Vacío constituyente.
Propiedad pública,
incongruente.
Fabulada,
anhelada,
abjurada.
Gregarismo sígnico.
Congregación maldita.
Rumores corporales,
cuerpos rumoreados,
rumiantes.
Animalidad fundante,
carnalidad agobiada,
agobiante.
Enchastrada,
fangosa,
barrosa.
Voces que se entremezclan,
se indistinguen,
en un mapa incodificable,
una trama densa,
de identidades lingüísticas,
de una nación desfasada
en sus límites jurídicos,
más no por ello
desfigurada,
sino mas bien,
plegada,
des-plegada:
pura potencia.
¿Qué es un pueblo?
Una aglomeración imposible y necesaria
Un rostro sin rostro
En un rostro, el rostro
Una condensación litúrgica,
afectiva, afectante.
Una totalidad artificiosa.
El modo de la salvación
Un tono.
El horizonte.
El pueblo es ilegible,
lo único a leer.
A imaginar.
Beber.
En un grupo de luciérnagas,
en un cúmulo de restos,
en una voz sin rostro.
Rumores de orquesta.
Fin de fiesta.
En la sangre derramada
y el amanecer panadero.
El pueblo ha muerto.
Que viva el pueblo.
II
El pueblo es un ensayo,
un experimento infinito,
una pulsión ingobernable.
Ensayar un pueblo
para desarmarlo y rearmarlo y rearmarse
cada vez.
Ensayar un pueblo
para experimentarse,
ponerse en riesgo,
salir del perímetro.
Ensayar pueblo
para ver más, mejor, nada
Para expresar el todo:
una epifanía embarrada.
Ensayarlo para errarlo
en la sombra
para perderlo
buscarlo y nombrarlo.
Ensayar para nombrar
vivir para contar,
para ver
errar.
Caminar sin rumbo
por una calle cualquiera
Cruzar la frontera
La ultima
La primera
Experimentar
para devenir otro
Ensayar pueblo
para devenir uno
III
¿Qué es un pueblo?
Una panza. Una vereda. Una marcha.
Un peluche. Una pizza. Un borracho.
Una baldosa. Una barra. Una birra.
Un mondongo. Un asado. Una calesita.
Un adoquin. El barro. La cancha.
El potrero. El porrero. La tarotista.
El bajon. Un boleto. Un moscato
Dos porciones, de muzza, con faina
¿Mirta, Susana y Mauricio?
Boca es pueblo, no es Macri, es carnaval.
El bondi es pueblo, el colectivero también
El taxi no es pueblo, el tachero si.
El avión no es pueblo, la azafata tampoco.
La moto es pueblo, con casco en brazo.
La bici es pueblo, el casco no.
IV
El pueblo es bueno
todo lo bueno
proviene del pueblo.
Lo popular está bueno
y hace bien.
Y hacer el bien
es hacerle bien al pueblo.
Y el pueblo lo agradece
a veces
a veces no
a veces te la da
para que tengas y guardes.
V
La soberanía de los pueblos
se funda en el arbitrio
de una enunciación performática,
excepcional.
La soberanía de los pueblos
pero también de las personas.
Un acto de amor,
por el otro,
de cuidado
del otro,
de sí.
El amor
es una geografía espectral.
Un espacio a-espacial.
Con un otro que deviene
una entidad difusa,
aurática,
total.
Que nadie ve,
ni percibe como uno.
Ni el amado mismo.
Menos él.
Amar es otorgarle a un otro
una carga espectral que lo excede,
al tiempo que lo funda
en
y
por
su carnalidad.
Que acosa, ronda, retorna,
no muere.
El ser amado no muere,
no puede morir.
/
La patria es una geografía espectral.
Emocional, comprometedora, afectante, sacrificial.
Fantasmal: difusa y total.
He allí la paradójica tragicidad del espectro,
del amor, del/al pueblo.
Aunque decir pueblo
es decir amor.
Amor,
como una fulguración
excepcional, total.
Indefinible, inapropiable
(como viene, se va)
dada a un trabajo,
nunca del todo certero, eficaz.
Es la conquista de lo in-útil.
O sea,
de la totalidad
a-instrumental.
/
No puede enunciarse “pueblo”
sin que sea un acto de amor,
sin que sea nombrar en acto al amor.
Si no es así, solo se nombra
(pueblo)
pero no se lo funda.
Y sin amor no hay fundación.
Solo repetición,
enunciación muerta.
Sebastian Russo
(Ver video Metapueblo)